Casas pasivas en Andalucía - SLOWHAUS

La semana pasada tuvo lugar la IX Conferencia Passivhaus, esta vez en la ciudad de Sevilla. Como socio que soy de la Plataforma de Edificación Passivhaus, y apasionado del tema, tenía que ir. Era una oportunidad de reencontrarme con compañeros del mundillo y con otros profesionales que están trabajando para que el estándar sea conocido y aplicado en nuestro país. Y también de conocer experiencias de casas pasivas ya construidas y habitadas.

Las dos jornadas de conferencias estuvieron muy bien, con proyectos e iniciativas muy interesantes, no solo de España, sino de países como los EEUU, Alemania o Emiratos Árabes Unidos. Además, pudimos contar con la presencia de Wolfgang Feist, el creador del estándar de edificios de consumo de energía casi nulo, que dio una charla en la que habló del primer edificio de viviendas construido según Passivhaus, situado en la ciudad alemana de Darmstadt, y de su evolución tras 25 años de existencia. Las conclusiones no pudieron ser más positivas.

Visita a varias casas pasivas

Pero el hito de la conferencia, el premio gordo para mí, era la visita que hicimos el sábado, tras dos días intensos y muy enriquecedores, a tres viviendas pasivas, situadas en los municipios de Herrera (Sevilla) y Mijas (Málaga). Si bien es verdad que, a día de hoy, la mayoría de casas pasivas que existen en España están situadas en el norte del país (País Vasco y Cataluña, sobre todo), el estándar va llegando, muy poquito a poco, a las tierras del sur de la península, donde las condiciones climáticas son bien diferentes.

La visita la dirige Juan Manuel Castaño, del estudio Castaño y Asociados, expertos en Passivhaus y asesores en los proyectos de dos de las tres viviendas pasivas que vamos a visitar. El día amanece fresquito, aunque luego nos sorprenderá, como venimos sufriendo este otoño, con temperaturas inusualmente altas para la época del año en que estamos. Con un poquito de retraso, el autobús enfila la A-92 hacia el pequeño pueblo de Herrera, situado muy cerca de Estepa, la archiconocida localidad de los mantecados. Una hora y media más tarde, llegamos a nuestro destino, donde nos recibe el dueño y promotor de la vivienda, Juan Manuel Aragón Quintana, propietario de la fábrica de ladrillos Ag Tecno3.

Vivienda pasiva en Herrera

La particularidad de esta casa pasiva, ubicada en una de las zonas más calurosas de la península, es que está construida de una forma tradicional, algo que en un principio podría parecer más complejo, pero que se ha resuelto de forma sencilla y efectiva. El diseño de la vivienda tiene como objetivo evitar el calor extremo en verano, sin olvidar que los inviernos pueden ser también bastante fríos, con temperaturas que bajan de los 0 8C. El edificio está construido con una estructura convencional de hormigón, fachada ventilada de ladrillo visto, con el aislamiento por el exterior y cubierta plana, también ventilada. El empeño del promotor en usar este tipo de cerramiento (como hemos dicho, es propietario de una fábrica de ladrillos) hizo que hubiera que construir una hoja exterior, de ladrillo visto, autoportante, anclada a la estructura mediante garras de acero inoxidable. El aislamiento, tanto en cubierta como en fachada, se realiza con lana de roca.

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La vivienda pasiva de Herrera tiene más elementos interesantes: cuenta con un pozo canadiense, que mejora el rendimiento del intercambiador de calor, toldos y lamas protectoras contra el soleamiento motorizadas, un aljibe que recoge las aguas pluviales, las primeras carpinterías certificadas passivhaus para clima cálido a nivel mundial EUROTORR 92, agua caliente solar, ventilación cruzada…

Durante la visita, acompañada con unos riquísimos mantecados del pueblo, el propietario nos comenta que el pasado verano, sin utilizar ningún tipo de climatización, la temperatura del interior de la casa, la primera vivienda pasiva certificada de Sevilla no supera los 27-28 °C, un dato como para estar orgullosos. Parece que el estándar funciona.

Vivienda pasiva en Mijas

Tras la interesantísima visita a la vivienda pasiva de Herrera, retomamos la A-92 y nos dirigimos a Mijas, precioso pueblo cercano a la ciudad de Málaga. Recorremos unos treinta kilómetros por la densa costa malagueña y llegamos, a media mañana, a la casa de Katrin Falck-Szenessy, arquitecta alemana y propietaria, junto a su marido, de esta vivienda pasiva, llamada “Sol y viento”.

La vivienda está construida con una estructura de hormigón y cerramientos y tabiques interiores de bloques Ytong. En la presentación que Katrin nos muestra en el salón nos explica el funcionamiento de la casa. Cuenta con persianas controladas de forma automática que se cierran para evitar la entrada de la luz solar en los meses de más calor. La ubicación de ventanas en todas las orientaciones hace que esto no provoque oscuridad, evitándose así el uso de la iluminación artificial durante el día.

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También nos explica los sistemas de climatización: suelo radiante alimentado colectores de agua caliente solar, ventilación mecánica controlada con recuperación de calor y un pequeño split ubicado en planta primera con el que tienen suficiente para las semanas de calor extremo. Para apoyar estos sistemas tienen dos pequeñas bombas de calor ubicadas en cubierta.

Para la electricidad cuentan con una instalación fotovoltaica situada en la azotea de casi 10 kW de potencia, con la que esperan cubrir las necesidades de la vivienda. El marido de Katrin nos comenta los aparatosos anclajes que han tenido que disponer bajo las placas por la fuerza del viento típico de la zona. También nos enseña la aplicación del móvil con la que puede ver la producción y el consumo en cada momento. Y nos habla de lo frustrante que es verter a la red la energía sobrante, de forma gratuita.

Le preguntamos qué hacen en verano con los colectores solares, con la energía sobrante, y nos responde que la vierten a la piscina, lo que no les supone ningún problema. No sé, habría que probar esa agua un día de terral en pleno agosto… Luego nos enseñan el cuarto de instalaciones, una locura de tuberías, depósitos y pantallas led, más propia de una fábrica que de una vivienda.

Para terminar, nos confirman que están tremendamente contentos de haberse hecho una vivienda pasiva en la que consiguen estar, la mayor parte del año, en unas condiciones de confort óptimas, sin necesidad de consumir apenas energía eléctrica.

Vivienda pasiva en Cala de Mijas

De la vivienda pasiva “Sol y viento” nos vamos corriendo, ya vamos con retraso, a Cala de Mijas, a visitar la última casa de la jornada. Llegamos, ya casi a la hora de comer, a una de las típicas urbanizaciones para guiris con pasta que han reventado las montañas de la costa malagueña, un poco cansados, pero con ganas de ver otro ejemplo de Passivhaus aplicado a clima cálido.

La casa, de más de 600 m2, está casi terminada. Allí nos esperan el director de la constructora y el arquitecto, para explicarnos en qué ha consistido la introducción del estándar Passivhaus en un proyecto ya iniciado. El camino no ha sido fácil, pero tanto constructor como arquitecto nos dicen que han sido conquistados por el estándar, que intentarán aplicar, a partir de ahora, a todos sus proyectos y obras.

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La vivienda es un poco excesiva, con cosas tan cuestionables como una chimenea exterior, con las exageraciones propias de la gente que no sabe qué hacer con su dinero. Pero nos confirman que cumple el estándar. Me sorprende lo sencillo de las instalaciones que nos muestran en el sótano. Pero es lo que predica el Passivhaus: un gran aislamiento y una gran hermeticidad que reducen la necesidad de climatización al mínimo imprescindible.

Tras una visita exprés, emprendemos el camino de vuelta. Regreso con sentimientos encontrados: contento, por un lado, por haber visto viviendas pasivas construidas y por haber podido conversar con sus habitantes. Por otro, con un sabor agridulce, porque las viviendas que hemos visto son accesibles a cierto tipo de personas, de un alto poder adquisitivo. En mi opinión, las soluciones que apliquemos para conseguir edificios más respetuosos con el medio ambiente deberán ser de aplicación general, si no, no servirá de mucho nada de lo que hagamos. Pero sigo creyendo, en cualquier caso, que el Passivhaus tiene un gran potencial en otro tipo de viviendas, pudiendo reducir su necesidad energética al mínimo, de forma económica y eficiente, al alcance de todos.

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