Edificios con fachadas verdes

Cubierta vegetal

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En los últimos años, los jardines verticales se han convertido en los favoritos de quienes desean un entorno verde y exuberante, pero tienen problemas de espacio. Los jardines verticales no se limitan a paredes exteriores estériles o espacios interiores, sino que también se han extendido a las fachadas. Una fachada vegetal bien diseñada y construida puede proporcionar una gruesa capa de vegetación estéticamente agradable, actuar como aislante térmico y servir de hábitat a la fauna.

Crear vegetación sobre una fachada o fachada verde es una tarea que requiere ciertos elementos de ingeniería, arquitectura, horticultura y riego. La selección del sistema de jardín vertical adecuado es un paso crucial en la instalación de una fachada verde, y corre a cargo de un equipo de expertos tras considerar una serie de factores como la capacidad de carga, las condiciones climáticas, etc. Los ingenieros diseñan la estructura teniendo en cuenta la carga muerta del sistema de jardinería vertical y la carga del viento sobre él con referencia a los datos climáticos locales.

Detalle de la fachada verde

Las soluciones que hemos desarrollado -losas aligeradas, cimientos ventilados, gestión del agua, cubiertas y fachadas verdes- tienen un enorme poder para mejorar nuestras vidas. Sin embargo, deben ampliarse de los detalles al planteamiento general de masas. Hemos diseñado estas soluciones para que tengan un impacto global sólo si se aplican a escala. Las fachadas verdes son uno de los mejores ejemplos de cómo una tecnología sostenible se reduce a menudo a simple decoración.

Las fachadas verdes forman parte de la estrategia para conseguir ciudades más sostenibles y, por su capacidad para absorber el calor (luz solar) y el agua, son soluciones excelentes para la gestión del calor urbano, la reducción de los costes energéticos de los edificios y la gestión del agua.

Gracias a un mejor aislamiento del calor solar, disminuye el uso de aparatos de aire acondicionado y el derroche de energía. Tanto en verano como en invierno se ahorran costes de refrigeración y calefacción, lo que hace que el edificio o incluso el barrio urbano sean económicamente más sostenibles.

Tanto a nivel microeconómico como urbano, las fachadas verdes disminuyen la temperatura y, por tanto, repercuten en el clima. Además, aíslan la "envolvente" y el interior del edificio gracias al debilitamiento de la energía solar. El edificio es así más resistente al aumento de la temperatura, y a escala urbana se emite menos calor.

Arquitectura de fachada ecológica

Las plantas de una fachada verde fijan el CO2 y limpian el aire. La vegetación mejora el microclima de los espacios urbanos cerrados y sobrecalentados. Tanto para los propietarios de los edificios como para los usuarios, las fachadas verdes también reducen el ruido y protegen la vista. Las plantas en la fachada dan sombra y protegen del sol, además de reducir la temperatura ambiente. La retención del agua de lluvia que proporcionan las fachadas verdes también es importante, y no solo por las cada vez más frecuentes lluvias torrenciales.

Las fachadas verdes ofrecen un importante valor añadido, pero también conllevan unos costes de inversión ligeramente superiores. Los costes adicionales se derivan del cuidado y mantenimiento, así como (dependiendo del diseño) de las cargas adicionales para la estructura de soporte. En la fase de planificación, por tanto, hay que tener en cuenta varios requisitos específicos que conlleva la ecologización. Entre ellos figuran la protección contra incendios, la integración de la tecnología de suministro, la protección contra las heladas y el calor, así como el acceso en altura para el mantenimiento y cuidado por parte de los jardineros.

El nuevo edificio del pasaje Calwer de Stuttgart tiene una longitud de más de 130 metros y, además de uso de oficinas en las plantas superiores, también alberga viviendas y zonas para comercios y gastronomía. En los lados de la fachada que dan a la calle, se han creado franjas intensamente verdes a lo largo de las plantas superiores, así como jardines en el tejado.

Fachadas verdes como nuevo enfoque sostenible frente al cambio climático

Los muros verdes (también conocidos como muros vegetales, muros vivos o jardines verticales) se han convertido en los últimos años en una nueva tendencia al alza de los entornos construidos. Incorporar naturaleza viva a los entornos urbanos no sólo resulta mucho más acogedor, sino que también tiene otras muchas ventajas y finalidades.

Ya sea en interiores o exteriores, independiente o adosado a la pared, hay un muro verde adecuado para casi cualquier circunstancia. Pero, ¿cómo se hacen exactamente los muros verdes y cómo diferenciar entre los distintos tipos?

Los muros verdes son estructuras verticales a las que se adosan diferentes tipos de plantas u otros elementos verdes. La vegetación suele estar plantada en un sustrato de tierra, piedra o agua. Como los muros tienen plantas vivas, suelen incorporar sistemas de riego.

Los muros verdes difieren de las fachadas, que suelen trepar por las paredes exteriores de los edificios, utilizándolas como soporte estructural. En los muros verdes, el medio de crecimiento está en la superficie o estructura del muro, mientras que las fachadas están enraizadas en el suelo.  Además, la vegetación de las fachadas puede tardar mucho tiempo en crecer lo suficiente para cubrir toda una pared, mientras que los muros verdes pueden estar precrecidos.