Edificios expo 92 sevilla
Expo 2024
El año 1992 marcó un antes y un después en la historia urbana de Sevilla. La celebración de la Exposición Universal de Sevilla, con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, supuso numerosas transformaciones para la ciudad.
La Isla de la Cartuja, situada entre los dos brazos del río Guadalquivir, fue el enclave que albergó la Exposición. Hasta entonces, el desarrollo urbanístico de esta zona era nulo, a excepción del Monasterio de la Cartuja como único elemento singular del lugar y que fue construido entre los siglos XV y XVI. Para la Exposición se construyeron numerosos pabellones y edificios, el Camino de los Descubrimientos y otra serie de avenidas que articulaban el territorio, tomando el lugar la apariencia del entramado de una ciudad de tipo medio. Además, fue necesario poner en marcha un conjunto de obras de instalación de redes hidráulicas, eléctricas, de gas y de telecomunicaciones. En la actualidad, algunos de estos edificios han desaparecido y otros siguen en pleno uso. La Isla de la Cartuja se ha convertido en una zona de desarrollo tecnológico y empresarial para la ciudad. Sin embargo, Sevilla no termina de aprovecharla hasta el punto de que no se produce una apertura a la ciudad ni al turismo. Un hecho relevante es la ausencia de viviendas, a pesar de contar con farmacias, guarderías...
Cohete de Sevilla
Hace treinta años, la capital de Andalucía tuvo el honor de acoger la exposición universal. Sin embargo, apenas dos meses antes de la gran inauguración, el 18 de febrero, uno de los edificios clave del recinto ardió en llamas.
La Isla de la Cartuja (una isla en el río Guadalquivir) fue elegida como sede de los pabellones en los que estaban representados más de 100 países. Además del Pabellón Real, había cinco edificios temáticos, cuya estrella era el Pabellón de los Descubrimientos.
Diseñado por los arquitectos Javier Feduchi y Alfredo Lozano, el edificio ya estaba terminado. La construcción paralelepípeda de base rectangular (126 por 66 metros), estaba dividida en ocho módulos cuadrados. Aquel fatídico martes 18 de febrero aún faltaban los últimos retoques en su interior y se estaba pintando la esfera armilar copernicana, uno de los elementos más destacados del edificio.
Poco antes de las dos de la tarde se declaró un incendio. Inmediatamente se propagó por todo el edificio, que contenía grandes cantidades de corcho, pintura, madera y poliestireno expandido, todos ellos materiales altamente combustibles. Quince unidades de los bomberos de Sevilla acudieron rápidamente al lugar, pero el fuego era feroz y la estructura del edificio se convirtió en una antorcha ardiente en cuestión de minutos. La densa columna de humo podía verse prácticamente desde cualquier punto de la ciudad. Todos los trabajadores que se encontraban en el interior consiguieron salir sin sufrir heridas graves, aunque los dos últimos fueron evacuados en ambulancia con síntomas de inhalación de humo. Más de mil trabajadores se reunieron en torno al edificio en llamas, muchos de ellos llorando de impotencia.
Pabellón de Sevilla
Inaugurada en abril de 1992, la Expo 92 fue la forma que tuvo España de mostrar todo lo que había conseguido en los años ochenta. En la Isla de la Cartuja, en Sevilla, más de cien países estuvieron representados en pabellones de grandes dimensiones.
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La Isla de La Cartuja no es sólo un espacio abandonado. De hecho, todo lo contrario. Cartuja 93, un parque tecnológico y de investigación, ocupa gran parte de los terrenos que fueron Expo '92. Esto convierte la exploración de la zona en una fascinante mezcla de edificios nuevos y vetustos restos de exposiciones.
Las escaleras mecánicas a las que les faltan piezas están bloqueadas por vallas de alambre. En un extremo, un edificio lleno de gente. En el otro, ventanas polvorientas y puertas selladas que parecen perdidas de alguna ciudad abandonada hace mucho tiempo.
Exposición en España
Durante sus seis meses de duración, del 20 de abril al 12 de octubre de 1992, la Exposición Universal registró 41,8 millones de visitas. El número de visitantes fue más del doble de lo que esperaban los organizadores, y fue tanto más notable cuanto que superaba la población de España en aquel momento: 39 millones de habitantes.
La única estructura existente en la isla de la Cartuja era el monasterio de la Cartuja, donde Cristóbal Colón pasó un tiempo antes de su viaje al Nuevo Mundo. Tras convertirse en una fábrica de cerámica en el siglo XIX y caer en el abandono, el monasterio del siglo XV fue restaurado para la Expo de Sevilla de 1992, donde se utilizó para grandes eventos y para recibir a dignatarios extranjeros. Tras la Expo, el restaurado monasterio de la Cartuja se convirtió en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), y ahora destaca por ser el principal museo de arte moderno de Sevilla.
Reflejando y anticipando la creciente conciencia de conservación y sostenibilidad, la Expo 1992 de Sevilla puso un gran énfasis en la protección del medio ambiente, incluyendo un Pabellón dedicado al Medio Ambiente, donde los visitantes podían elegir el camino a seguir en el futuro, y otro dedicado a la Energía.
