Edificios de buenos aires

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Al pasar por las calles de Buenos Aires, le sorprenderá la rica y ecléctica mezcla de estilos arquitectónicos. Las casas particulares, los pequeños comercios e incluso los aparcamientos pueden revelar detalles que deleitan e intrigan, y eso sin mencionar los grandes palacios, los edificios públicos y los parques ajardinados.

La riqueza de la ciudad a principios del siglo XX, junto con el auge de la inmigración procedente de Europa, hizo que arquitectos de Italia, Gran Bretaña, Francia y Alemania aportaran sus contribuciones al collage de estilos de la ciudad. He aquí algunos de los edificios más destacados que podrá contemplar en sus viajes por la ciudad.

Ejemplo: Este estilo arquitectónico recuerda la grandeza de los templos y palacios griegos y romanos, con columnas, cúpulas y arcos que resaltan las jerarquías del espacio. Se utilizó con gran efecto para demostrar la riqueza de la ciudad y sus ideales ilustrados. En Buenos Aires se pueden encontrar ejemplos en el Congreso Nacional, con su cúpula verde, la Casa Rosada, el Teatro Colón, la Catedral Metropolitana y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Las influencias neoclásicas se aprecian en muchas partes de la ciudad, pero especialmente en la exclusiva avenida Alvear, en el acomodado barrio de la Recoleta, con sus elegantes casas adosadas y mansiones.

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Recorra la ciudad a través del tiempo, desde las primeras estructuras de estilo español, como el Cabildo, hasta la grandeza neoclásica de obras maestras del siglo XIX, como la Casa Rosada. Pasee por las anchas avenidas de la ciudad -en su máximo esplendor durante la primavera, cuando florecen los jacarandás- y déjese hechizar por la magnificencia de la Belle Époque que dominaba los edificios de Buenos Aires a principios del siglo XX. A continuación, adéntrese en el corazón de la metrópolis actual a través de la arquitectura y los diseños contemporáneos de barrios florecientes como los muelles. Para disfrutar de la mejor visita guiada por esta ecléctica ciudad, sólo tiene que mirar hacia arriba.

Elevándose desde la Plaza de Mayo como una tarta nupcial perfectamente glaseada, el Cabildo es uno de los edificios más históricos e importantes de Buenos Aires. Se construyó a principios del siglo XVII y se utilizó como centro del consejo administrativo durante la época colonial y como base de gobierno del Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo, el Cabildo sufrió casi doscientos años de ampliaciones y reconstrucciones, y algunos de sus rasgos más característicos -como su torre de 10 metros, sus tejas rojas y sus arcos de estilo español- fueron demolidos. Afortunadamente, en la década de 1940, el arquitecto Mario Buschiazzo restauró el edificio para devolverle su antiguo esplendor y reparar sus elementos coloniales perdidos. Hoy es el Museo Nacional del Cabildo, que narra la larga historia del lugar y de la Revolución de Mayo. Los visitantes no deben perderse el patio del Cabildo, que conserva un pozo de agua ornamental de 1835.

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Este recorrido a pie audiodescrito le permite disfrutar de las clásicas vistas de postal del centro de Buenos Aires, al tiempo que le ayuda a descubrir los edificios y monumentos menos conocidos, pero igualmente fascinantes e históricos, de la capital argentina.

Biografía del autor: Me llamo Paul Costello, tengo 33 años y vivo en la ciudad de Buenos Aires desde hace casi un año. Me mudé aquí desde el norte de Inglaterra después de enamorarme de la arquitectura de la ciudad, su vibrante vida nocturna y su apasionada gente. Soy periodista de profesión y he trabajado para la BBC y para periódicos del Reino Unido.

La combinación de la altura, el tamaño y la estrafalaria belleza de este edificio hacen que resulte difícil asimilarlo a primera vista. El arquitecto italiano Mario Palanti se inspiró en la Divina Comedia de Dante para dividir las 22 plantas del edificio en tres secciones que representan el infierno, el purgatorio y el cielo. El sótano y la planta baja tienen el poco envidiable honor de simbolizar el infierno, mientras que las plantas 1 a 14 son el purgatorio y las 15 a 22, el cielo. Un faro, que simboliza a Dios, se encuentra en la cima de la estructura de 328 pies de altura. Palanti recibió el encargo del inmigrante italiano y comerciante textil Luis Barolo, y el edificio, que fue el más alto de Sudamérica hasta que se inauguró el Edificio Kavanagh en el centro de la ciudad, se terminó en 1923. Aún conserva su función original de oficinas y en la recepción pueden solicitarse visitas guiadas.

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En marzo de 1916, el transatlántico Príncipe de Asturias procedente de Barcelona naufragó a 90 millas de Río de Janeiro. En este accidente murieron más de 450 personas y la carga de ornamentos de mármol y latón que componían la estatuaria del monumento se perdió en las profundidades del océano. Al año siguiente se solicitaron réplicas para los fallecidos en el naufragio. Finalmente, el 25 de mayo de 1927 el conde de Amalfi, en nombre del rey Alfonso XIII, hizo entrega simbólica de la obra al presidente Marcelo Torcuato de Alvear[1].

El monumento al general Manuel Belgrano, uno de los mayores héroes de la Historia argentina, se encuentra en la Plaza de Mayo. Es una estatua ecuestre de bronce sobre un gran pedestal de granito, que muestra a Belgrano sosteniendo en alto la bandera de Argentina. Fue inaugurada en 1873, obra del escultor francés Albert-Ernest Carrier-Belleuse y del argentino Manuel de Santa Coloma. El monumento fue erigido con fondos públicos en agradecimiento al general[2].

El monumento celebra el centenario de la declaración de independencia de 1816. La figura central representa a la República en marcha, con rostros de serpientes y una alegoría de la abundancia a sus pies. Las dos figuras laterales representan la asamblea de 1813 y el congreso de 1816. También hay otras representaciones de la fauna nacional, en particular de caballos y cóndores[5].