Tipos de humedades en edificios

Tratamiento de las humedades en las paredes

Una elevada proporción de los problemas de humedad en los edificios se deben a factores ambientales dependientes del clima, como la condensación y la penetración de la lluvia[1] La penetración capilar de fluidos desde el suelo a través del hormigón o la mampostería se conoce como "humedad por capilaridad" y se rige por la forma y la porosidad de los materiales de construcción a través de los cuales se produce esta penetración capilar limitada por la evaporación[2] La humedad estructural, independientemente de los mecanismos a través de los cuales se produce, se agrava con niveles más altos de humedad.

El control de la humedad es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier edificio. Controlar la humedad es importante para proteger a los ocupantes de efectos adversos para la salud y para proteger el edificio, sus sistemas mecánicos y su contenido de daños físicos o químicos[3].

La humedad tiende a causar daños secundarios en un edificio. La humedad no deseada favorece el crecimiento de diversos hongos en la madera, lo que provoca problemas de salud por podredumbre o moho y puede acabar provocando el síndrome del edificio enfermo. El yeso y la pintura se deterioran y el papel pintado se desprende. Las manchas, procedentes del agua, las sales y el moho, estropean las superficies. Las mayores concentraciones de moho en el aire se encuentran en edificios en los que se ha producido una infestación importante de moho, normalmente como consecuencia de una intrusión grave de agua o de daños por inundación[4]:  178 Los mohos pueden crecer en casi cualquier superficie y aparecen donde hay mucha humedad por problemas estructurales como tejados con goteras o altos niveles de humedad.[5] Las concentraciones de moho en el aire tienen el potencial de ser inhaladas y pueden tener efectos sobre la salud.[6]

Causas de la humedad en los edificios

Prevenir o curar las humedades sigue siendo el mayor problema de mantenimiento que se plantea con más frecuencia, y es esencial encontrar el verdadero problema antes de gastar dinero en obras de reparación. Las cuatro causas principales de la humedad en los edificios son la penetración de la lluvia, la condensación, la humedad ascendente y la humedad introducida durante la construcción.

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No es infrecuente que la capa de impermeabilización se "puentee" como resultado de un mal enlucido o que se vuelva defectuosa con el paso del tiempo.    Muchos edificios antiguos se construyeron sin impermeabilización y, si los cimientos se asientan sobre suelos encharcados, el resultado puede ser la humedad por capilaridad.  Para curar el problema hay que instalar una nueva capa de impermeabilización mediante una barrera mecánica (lámina de plástico, metal, pizarra, etc.) o impregnando la pared con una solución química. Esto se asentará en la pared y proporcionará una zona a prueba de humedad dentro de la pared.

El objetivo principal del diseño y la construcción de edificios es impedir que entre la lluvia. Para hacerlo con eficacia, es necesario prestar mucha atención a los detalles en todas las fases, por lo que no es de extrañar que a menudo se produzcan defectos en la construcción.  El defecto puede parecer bastante trivial, por ejemplo, la caída de mortero en una junta de cavidad, pero el resultado puede ser la humedad.    Pequeños desajustes entre los marcos de las ventanas o puertas y las paredes provocan la penetración de humedad.  Lo más habitual es que la penetración de la lluvia en una casa, sobre todo si ha estado seca durante años, se deba al deslizamiento de una teja o al levantamiento de un tapajuntas. El remedio suele ser una reparación.

Humedad por capilaridad

Una elevada proporción de los problemas de humedad en los edificios se debe a factores ambientales dependientes del clima, como la condensación y la penetración de la lluvia[1]. La penetración capilar de fluidos desde el suelo hacia arriba a través del hormigón o la mampostería se conoce como "humedad por capilaridad" y se rige por la forma y la porosidad de los materiales de construcción a través de los cuales se produce esta penetración capilar limitada por la evaporación[2]. La humedad estructural, independientemente de los mecanismos a través de los cuales se produce, se agrava con niveles más altos de humedad.

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El control de la humedad es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier edificio. Controlar la humedad es importante para proteger a los ocupantes de efectos adversos para la salud y para proteger el edificio, sus sistemas mecánicos y su contenido de daños físicos o químicos[3].

La humedad tiende a causar daños secundarios en un edificio. La humedad no deseada favorece el crecimiento de diversos hongos en la madera, lo que provoca problemas de salud por podredumbre o moho y puede acabar provocando el síndrome del edificio enfermo. El yeso y la pintura se deterioran y el papel pintado se desprende. Las manchas, procedentes del agua, las sales y el moho, estropean las superficies. Las mayores concentraciones de moho en el aire se encuentran en edificios en los que se ha producido una infestación importante de moho, normalmente como consecuencia de una intrusión grave de agua o de daños por inundación[4]:  178 Los mohos pueden crecer en casi cualquier superficie y aparecen donde hay mucha humedad por problemas estructurales como tejados con goteras o altos niveles de humedad.[5] Las concentraciones de moho en el aire tienen el potencial de ser inhaladas y pueden tener efectos sobre la salud.[6]

Causas de la humedad en las paredes

Los tres tipos de humedad que se suelen encontrar en una casa son la humedad por condensación, la humedad por capilaridad y la humedad penetrante. Cada una de ellas tiene causas distintas y requiere tratamientos diferentes para resolver el problema.

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La humedad por condensación se produce cuando el aire del exterior es más frío que el del interior. Esta diferencia de temperatura hace que el aire interior se condense y forme gotas de agua. Éstas suelen verse en las ventanas, pero también pueden aparecer en las paredes.

Los niveles de humedad de una habitación aumentarán la probabilidad de que se produzca condensación. Por ejemplo, cuanta más humedad tenga una habitación, más probable será que se forme condensación en ella. Debido a este factor, la humedad por condensación es más común en habitaciones como cocinas, baños, habitaciones donde se seca la ropa, así como habitaciones donde la gente duerme.

Antes hemos mencionado que se puede detectar la condensación por las gotas de agua que se forman en ventanas y paredes, pero la humedad por condensación también puede crear manchas oscuras de moho en lugares como alrededor de las aberturas de las ventanas. Si no se atiende, este tipo de moho puede dañar la pintura, el yeso y los marcos de las ventanas. Pero lo más importante es que el moho que crece es perjudicial para la salud respiratoria y debe tratarse lo antes posible.

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