5 certificados de construcción sostenible - SLOWHAUS

Arquitectura sostenible, bioconstrucción, arquitectura bioclimática, edificios de consumo energético casi nulo… La variedad de formas en la definición de la arquitectura respetuosa con el medioambiente es casi infinita, igual que las formas de abordarla. Hay gente que da prioridad al impacto de los materiales usados. Otros se centran en el ahorro energético. Algunos prefieren vigilar la salud de los usuarios. En cualquier caso, el objetivo es parecido: mejorar la arquitectura para que los edificios que habitamos, donde trabajamos, donde aprendemos, sean más respetuosos con el medio ambiente y más sanos para los usuarios.

¿Cómo se define una construcción de este tipo? ¿Quién decide qué edificio es sostenible? En Europa se está avanzando mucho a nivel normativo, con leyes que están estableciendo exigencias cada vez más altas en lo que a eficiencia y ahorro energético se refiere. Una prueba de ello es nuestro querido Código Técnico de la Edificación, en el que ya hasta se menciona a los archinombrados edificios de consumo energético casi nulo. También existen, desde hace décadas, diversos sellos y estándares que sirven para certificar la sostenibilidad de los edificios en todo el mundo. Para aclarar un poco el asunto, hablamos, a continuación, de cinco de ellos (los 4 más usados en España + Minergie, el más utilizado en Suiza, que también nos ha parecido interesante) y os dejamos también una bonita infografía, para los más perezosos que no queráis leeros la entrada al completo.

1. BREEAM® (BRE Environmental Assesment Method)

Fue creado originalmente por el Building Research Establishment (BRE), Organismo de Investigación de la Construcción, de Reino Unido. Esta organización, sin ánimo de lucro, se fundó en 1921 y fue la primera creada para la investigación en el sector de la edificación en el mundo. BREEAM® está presente en Reino Unido desde 1990 y es el método de evaluación y certificación de la sostenibilidad de la edificación líder a nivel mundial, con más de 20 años en el mercado y más de 541.000 edificios certificados en 77 países.

Esta certificación evalúa impactos en 10 categorías distintas (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación), otorgando una puntuación al final que tiene en cuenta la importancia de cada una de ellas de forma proporcional. A partir de 2009 se crearon las entidades nacionales, que adaptaron el estándar a las circunstancias locales de cada país. En España está operativo desde 2010.

2. LEED® (Leadership in Energy in Environmental Design)

Es un sistema de certificación sostenible creado en 1993 por el US Green Building Council (Consejo de la Construcción Verde de EEUU). Para evaluar la sostenibilidad de los edificios tiene en cuenta aspectos como la eficiencia energética, el uso de energías alternativas, la mejora de la calidad ambiental interior, la eficiencia del consumo de agua, el desarrollo sostenible de los espacios libres de la parcela y la selección de materiales.

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LEED® es muy versátil, ya que puede abarcar tanto obra nueva como rehabilitación y edificios de todo tipo y tamaño. El sistema puntúa al edificio en función del cumplimiento de una serie de requisitos enmarcados dentro de cinco categorías: Sitios sostenibles (SS), Ahorro de agua (WE), Energía y atmósfera (EA), Materiales y recursos (MR) y Calidad ambiental de los Interiores (IEQ). Además, está la categoría Innovación en el diseño (ID), que tiene en cuenta, entre otras cosas, las medidas de diseño que no se incluyen dentro de las cinco categorías ambientales anteriores.

El número de puntos determinará en cuál de los niveles se encuentra el edificio a certificar: certificado, plata, oro o platino. El sistema se aplica desde hace años en países de todo el mundo (más de 30), no sin problemas, dado que se basa en la normativa americana y precisa de una adaptación a las circunstancias de cada país.

3. PASSIVHAUS

Nuestro querido estándar Passivhaus fue creado a finales de los 80 en Alemania, como reacción a la crisis del petróleo, para reducir el consumo energético en los edificios. El estándar persigue reducir prácticamente a cero el consumo en acondicionamiento térmico, para lo que recurre a cinco principios básicos: aislamiento, ausencia de puentes térmicos, hermeticidad, ventilación mecánica controlada con recuperación de calor y carpinterías de altas prestaciones.

Passivhaus establece unos exigencias muy claras y precisas para un edificio pasivo: la demanda energética para calefacción no debe superar los los 15 kWh/m2 año, debe tener un alto grado de hermeticidad (0,6 renovaciones de aire por hora a 50 pascales de presión) y no superar más del 10% de las horas del año, en las zonas de estar, a temperaturas superiores a 25ºC. Además, y en función del clima donde se ubique el edificio, establece una serie de exigencias en cuanto a transmisión del calor de los distintos elementos del edificio (suelos, paredes, cubiertas, ventanas y puertas).

La aplicación del sistema es sencilla, y consigue ahorros en consumo energético de hasta el 80 % si lo comparamos con un edificio convencional. Se puede utilizar tanto en obra nueva como en rehabilitación, y en todo tipo de edificios. El sobrecoste de un edificio Passivhaus no supera el 5 % con respecto a los sistemas habituales de construcción. Complementado con el uso de materiales ecológicos y sistemas pasivos puede ser una gran elección, en lo que a construcción sostenible se refiere.

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4. VERDE (Valoración de Eficiencia de Referencia De Edificios)

Es una certificación desarrollada por el GBCe (Green Building Council España) que se adapta la normativa europea y española. Valora el impacto medioambiental de un edificio analizando el ciclo de vida en sus diferentes fases. Para que el edificio sea considerado sostenible debe cumplir con las cinco “Pés” : personas (calidad de vida y bienestar); prosperidad (desarrollo económico local y justo), planeta, (protección a nuestro entorno), paz, (concordia y armonía) y pacto (implicación y compromiso de todos para todos).

Para conseguir el certificado se evalúan varios aspectos como la ubicación del edificio, la calidad ambiental interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) o la calidad técnica del edificio (monitorización, documentación, mantenimiento).

Una vez evaluado y puntuado el edificio obtiene un número de hojas dentro de las seis categorías de VERDE, que van del 0 al 5. Las herramientas para evaluar de acuerdo a este certificado están disponibles, de forma gratuita, en la web de GBCe.

5. MINERGIE

Si bien es un estándar suizo de poca implantación en España nos ha parecido interesante incluirlo, por el éxito que tiene en su país de origen, donde ya cuenta con unos 25.000 edificios certificados y es exigido por muchos ayuntamientos en sus edificios públicos. En su filosofía se parece mucho a Passivhaus, ya que exige edificios con un buen aislamiento térmico, estancos y con ventilación mecánica controlada.

Lo interesante es que es un estándar con distintas versiones y niveles de exigencia: la Minergie, que es la menos exigente, la Minergie-P, que sería el equivalente a Passivhaus o la Minergie-ECO, que tiene en cuenta el impacto de los materiales utilizados, tanto en su fabricación como en la influencia sobre los usuarios. También se limita el coste de construcción, que en el caso de un edificio Minergie no debe superar en más de un 10% al coste de un edificio convencional. Un edificio certificado Minergie es, en resumen, un edificio de bajo consumo energético. Es un estándar muy exigente, de los más difíciles de cumplir de los existentes en el mercado. Si se opta por la opción ECO, se podrá llegar a un edificio que podríamos llamar “ecológico”.

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Estos son solo algunos de los certificados o sellos verdes más usados, pero hay muchos más:

  • Net Zero Energy Building Certification. Busca edificios que generen la energía que consumen.
  • WELL Building Standar. Certificación enfocada a valorar la salud y el bienestar del ocupante.
  • Living Building Challenge. Uno de los más rigurosos del mercado. Cubre todo tipo de construcción a cualquier escala y constituye una herramienta integral para un diseño sostenible, socialmente justo, culturalmente rico y respetuoso con el medio ambiente.
  • Casaclima. Certificado italiano de construcciones eficientes y sostenibles.
  • Energy Star for Buildings. Creado en EEUU en 1990, se centra en el uso eficiente de la energía.

Es una buena noticia que haya tanto interés, tanto privado como público, en la sostenibilidad de la arquitectura. Sin embargo, también hay mucha confusión y, cómo no, diferencia de criterios. Sería deseable que, desde lo público, se homogeneizara esta panoplia de sellos verdes, incorporando exigencias dirigidas a una construcción más sostenible en la normativa vigente, evitando así que esto se convierta en un negocio más, como nos tememos que está ocurriendo. Agencias, institutos, asociaciones de oscuro origen se erigen en únicos custodios de su certificado o estándar, obligando a los técnicos a realizar costosos cursos, de más o menos calidad, y exámenes que acreditan, previo paso por caja, para usarlo. ¿No sería mejor que se ideara un certificado a nivel europeo, único y de carácter oficial? Ahí dejamos la pregunta.

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